Familia Dominicana de La Paz: Carta abierta por desastre ecológico
“Cuando no se reconoce en la realidad misma, el valor de un pobre, de un embrión, de una persona con discapacidad, difícilmente se escucharán los gritos de la misma naturaleza” ( L.S, 117)
Somos un grupo de laicos/as y religiosas que creemos en el Dios de la Vida, pertenecemos a la Familia Dominicana inspirada en Santo Domingo de Guzmán, un seguidor de Jesús que contempló compasivamente la realidad y alzó su voz frente a la injusticia que se cometía con los más pobres de su tiempo.
Al contemplar, desde la fe, el sufrimiento que padece la Chiquitanía producto de los incendios que han comenzado hace tres meses y que han consumido más de 4.000.000 de hectáreas, provocado la muerte de 2.000.000 de animales, y un centenar de damnificados. No podemos permanecer indiferentes ante este desastre ecológico.
Somos conscientes de que el daño que sufre la Amazonía Boliviana no es casual, ya que esta zona está amenazada por el modelo de desarrollo extractivista que profundiza la crisis ambiental expresada en la deforestación, la ampliación de la frontera agrícola y los agroquímicos que contaminan, erosionan y lastiman nuestra Madre Tierra, a las comunidades indígenas que viven de ella, al pueblo boliviano y a todo el planeta. (Atlas Amazónico, REPAM).
Nos unimos a todas las voces de la Sociedad Civil y exigimos que:
-Se declare Desastre Nacional y se tomen medidas más efectivas para combatir los incendios.
-Que prime el Bien Común ante los intereses particulares.
-Que se escuche a las comunidades indígenas que habitan la Amazonía y se proteja su hábitat, ellos son los guardianes de nuestra Madre Tierra.
-Que se asuma este desastre acogiendo el conocimiento de los científicos, biólogos y quienes son especialistas en la labor de preservar los bosques y la bio-diversidad.
-Que se inviertan recursos del Estado en la reconstrucción del territorio devastado y se invierta en el desarrollo de las comunidades más vulnerables de la Amazonía.
Oramos al Señor de la Vida en abundancia por los bomberos que perecieron combatiendo los incendios y también por sus familias, le agradecemos por la generosidad del pueblo boliviano que se solidariza con los hermanos chiquitanos. Le pedimos a Dios que mueva los corazones de las autoridades del país, que se sensibilicen, tengan voluntad política y pongan los medios necesarios para enfrentar y atender este ecocidio.
Tenemos la certeza que el Espíritu Santo actúa en la historia, que Dios no abandona a su pueblo, y que el Sínodo Amazónico que pronto se celebrará será una oportunidad para impulsar el compromiso que tenemos como cristianos/as en la defensa de nuestra Casa Común y frente a todo lo que atenta contra la vida de los más pobres.
Familia Dominicana de La Paz.
La Paz, 29 de septiembre de 2019